Hasta hace poco, la artrosis era considerada como una enfermedad degenerativa, inespecífica, que atacaba a las articulaciones y que se encontraba relacionada con el sobrepeso, y la mala utilización de la articulación.
Hoy se conoce que la artrosis es una enfermedad que afecta a miembros de una familia y que hasta un 24% de los pacientes con artrosis presenta una predisposición genética.
La artrosis empieza afectando a la capa más superficial del cartílago haciendo que pierda su capacidad de retener agua y mantener hidratado al cartílago perdiendo su capacidad de resistencia.
El segundo proceso más importante es la inflamación que aparece y contribuye de manera notable a la progresión del proceso artrósico.
El tratamiento de la artrosis presenta una serie de posibilidades que van desde un analgésico y condroprotectores, pasando por las infiltraciones locales y terminando en la implantación de una prótesis de rodilla.
Aliviar o suprimir la inflamación.
Calmar el dolor.
Para completar el efecto del tratamiento médico.
Facilitar la rehabilitación en pacientes con intolerancia al tratamiento oral.
1. CORTICOIDES:
La utilización de corticoides en la rodilla tiene efecto temporal, paliativo de la sintomatología, puede ser repetitivo, utilizarlo como adyuvante para otros tratamientos y su paso a la circulación general es mínimo.
Se pueden utilizar para el tratamiento de la inflamación articular aguda y crónica.
Sus posibles complicaciones son: Artritis séptica (infección), necrosis avascular, artritis postinfiltracion, roturas tendinosas, reacciones alérgica y atrofia tisular.
2. ÁCIDO HIALURÓNICO:
Se utiliza para recuperar la viscoelasticidad del líquido sinovial que se pierde en el proceso artrósico y hace que el cartílago esté más desprotegido hasta para los pequeños traumatismos de la vida diaria.
El principal objetivo es mejorar las condiciones de la articulación evitando el rozamiento articular y descargando al hueso subcondral de la presión aumentada por la pérdida del cartílago hialino, por lo que se consigue un alivio sintomático del dolor y mejorar la función articular. Por todo ello, se observó, que el Ácido Hialurónico retrasaba la progresión de las lesiones.
Mejora la lubricación articular, mantiene la separación de las superficies articulares actuando como un relleno de apoyo viscoelastico y amortigua la carga en beneficio de la integridad del cartílago.
3. FACTORES PLAQUETARIOS DE CRECIMIENTO:
Los factores plaquetarios se extraen de la propia sangre del paciente. Se extrae la sangre, se centrifuga y se separa el plasma rico en plaquetas que contiene los factores de crecimiento.
Estos factores ayudan a la recuperación del cartílago inflamado y/o con proceso artrósico al promover la síntesis de Ácido Hialurónico, modulando el metabolismo del cartílago y fomentado la producción de factores condroprotectores.
Se disminuye la posibilidad de un proceso inflamatorio y se aceleran los procesos fisiológicos de reparación de los tejidos.
Las indicaciones de esta técnica en las lesiones degenerativas propias de la artrosis es limitado.
Si existe una rotura de menisco en las fases iniciales de la artrosis que presente una sintomatología dolorosa y restrictiva que sea achacable a la lesión del menisco, es posible realizar una cirugía artroscópica. Su indicación irá disminuyendo a medida que avanza la intensidad de la artrosis.
También se puede realizar para la extracción de cuerpos libres o para la eliminación de crecimientos óseos (osteofitos), que provocan limitación dolorosa de la movilidad o resaltes dolorosos durante la misma.
Puede ser útil para la eliminación de sinovitis reactivas crónicas, rigideces articulares y para lavado articular.
Todo ello va encaminado a realizar la llamada toilette articular de la rodilla, la cual va a dejar a la misma en mejores condiciones mecánicas que ayudará que posteriores tratamientos (rehabilitación, condroprotectores o infiltración articulares) obtengan un mejor resultado.
Repasada la literatura médica, se considera que los resultados obtenidos en el tratamiento de diversos procesos artrósicos en pacientes mayores de 50 años se pueden cifrar en 49% de buenos resultados, 38% de regulares y un 23% de malos resultado.
Para el tratamiento de la condropatía articular y de la artrosis de rodilla hemos diseñado un tratamiento paliativo en dos fases:
1ª FASE:
Limpieza articular y reducción de la inflamación.
Se realiza una aspiración del liquido articular anómalo que hay en la rodilla y que contiene las impurezas derivadas del desgaste artrósico de la rodilla que produce irritación articular. A continuación, se infiltra en la rodilla Ácido Hialurónico con un corticoide para controlar la inflamación y el dolor.
2ª FASE:
Generalmente a las 2-3 semanas. Se procede a una segunda infiltración con Ácido Hialurónico y factores plaquetarios que contribuirán a mantener la rodilla en mejor estado funcional, disminuir la sintomatología dolorosa y retrasar la evolución de la artrosis.
En aquellos casos que sea necesaria la realización de una cirugía artroscópica, se realizará todo en el mismo acto quirúrgico: Toilete articular, regularización meniscal si precisa, infiltración con Ácido Hialurónico y factores plaquetarios, etc.
En muchos casos será preciso completar el tratamiento con Fisioterapia para mejorar la movilidad y la elasticidad articular, mejorar la fuerza muscular, etc.
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